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Este rediseño del panot de Barcelona transforma el pavimento tradicional en una pieza llena de simbolismo y funcionalidad. La forma de cada baldosa recuerda a las escamas de un pez, rindiendo homenaje al Mediterráneo, que define la esencia costera de la ciudad. En el centro de cada escama, un detalle circular se inspira en los vitraless de la Sagrada Familia, aportando un toque artístico que conecta con la arquitectura modernista de Barcelona.

La innovación también se refleja en la funcionalidad: las baldosas incorporan canales discretos que facilitan el drenaje del agua de lluvia, mejorando la eficiencia urbana y reduciendo los charcos. Al unir cuatro piezas, el diseño se completa, formando el icónico patrón del panot —una síntesis perfecta de tradición, arte y funcionalidad.